COSMOCEPCIÓN_ Neurociencia de la espiritualidad
- Mayo 2024
- Sáb 11 de 16h a 21h
- Dom 12de 14h a 19 h
¿Dónde?
- ESTUDIO ÁGORA
- C/ de los Abades, 11, MADRID
Tarifa:
- 110 euros si te apuntas antes del 4 de mayo
- 140 euros después del 4 de mayo
- + 10% DE DESCUENTO si has cursado intensivos anteriores y 10% acumulado para el siguiente intensivo
INSCRIPCIÓN Y RESERVA por transferencia bancaria
Dirigido a:
Estudiantes y profesionales de las artes escénicas y/o artes visuales y personas curiosas del movimiento
Contenidos:
“Ni tiniebla ni caos.
La tiniebla requiere ojos que ven,
como el sonido y el silencio requieren el oído,
y el espejo, la forma que lo puebla.
Ni el espacio ni el tiempo.
ni siquiera una divinidad que premedita
el silencio anterior a la primera
noche del tiempo, que será infinita.
El gran río de Heráclito el Oscuro
su irrevocable curso no ha emprendido,
que del pasado fluye hacia el futuro,
que del olvido fluye hacia el olvido.
Algo que ya padece. Algo que implora.
Después la historia universal. Ahora.
Jorge Luis Borges
A lo largo de las diferentes culturas, los seres humanos no han dejado de mostrar que el sentido de transcendencia o la espiritualidad es una necesidad vital, desarrollando experiencias místicas, religiosas o numinosas, puntuales, a través del arte, la religión, las drogas; o hábitos y disciplinas que implican la transformación progresiva de nuestra cosmovisión.
La percepción de disolución del tiempo, los cambios en la vivencia del espacio, la disolución del sí mismo, la sensación de salir del propio cuerpo, el sentido de unicidad con dios o el todo, son ejemplos de estas experiencias de las que ya algunos intelectuales, como Huxley o Nietzsche dejaron constancia, y para las que hoy la neurociencia también ha encontrado su correlato en el cerebro.
En definitiva, necesitamos experiencias que nos ayuden a transformar nuestra manera cotidiana de percibir la realidad, la consciencia egoica, y tener una concepción más sensible y profunda del mundo.
El filósofo japonés Kitaro Nishida, precusor de la Escuela de Kyoto, en su libro lógica de la nada, explica que la forma más fundamental de la experiencia es la «experiencia pura», aquella no dualista y, por tanto, no objetivante, donde el sujeto no es el individuo, sino la realidad misma, y sólo de esta experiencia nacerá el individuo como individuo. El proceso de la experiencia pura es, de hecho, el movimiento de la propia realidad, una danza perpetua.
Es imposible describir la realidad con palabras sin fragmentarla, pero sí podemos bailar su totalidad. En la danza Butoh, no es el individuo el que baila, sino que es la realidad misma la que se mueve: el basho.
En este intensivo abordaremos el concepto de la resonancia «o» de «rinki-ohen«: El modo en que el lugar (basho), como naturaleza y entorno, y los individuos están conectados es una resonancia mutua de la que cada uno obtendrá su significado, para generar una creación colectiva de la realidad a través de una experiencia de transcendencia.
